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lunes, 9 de junio de 2014

Capitulo 22:

Megara:

Estaba feliz, tan feliz de volver a ver a Dylan que nada podía apagar esa felicidad que burbujeaba en mi estomago. Después de nuestro romántico encuentro, entramos a que Dy ayudara a Dabria a desempacar y yo me quede con Nicolas jugando a la X-box, podría decir que la pequeña bestia era bastante bueno en esto. No voy a negar que me pego una gran paliza en varios juegos, tenia pilas triple A por que hacia una hora que estábamos jugando y todavía no se cansaba, yo después del vuelo de hoy no tenia mas energía.
-Bestia podemos descansar, vallamos a tomar algo de aire o si quieres vamos a jugar a la pelota. Va a darme algo si sigo así.
La bestia se levanto de un salto y con un grito de indio se fue corriendo a su pieza.
-Eso fue raro.
-Amor.
Grito Dylan desde algún lado del departamento.
-¿Que cielo?
-¿Que le dijiste a Nicolas?
-Em, que vallamos al parque a jugar a la pelota ¿por que?
-Oh no.
En ese momento apareció la bestia con una pequeña remera de los Jets de Nueva York con el numero 6 delante, atrás lo mismo junto a su apellido "Bozzon" en mayúsculas y una pelota de fútbol americano bajo su brazo.
-Creo que eso fue un gran error cielo.
Grito Dylan, suspire.
-Lo soportare.
-Toma.
Dijo Nicolas tirándome una remera igual a la suya solo que con el numero 5 y el apellido "Mark" atrás, era la remera de Dylan.
-Cielo, ¿hay algo que quieras decirme ahora antes de que muera aplastada por esta bestia?
-Em, es fanático de los Jets al igual que yo y ...
Silencio.
-¿Que?
-Es un poco rudo cuando juega.
-Genial. Vamos bestia.
Volvió a soltar un grito y corrió hasta mi lado esperando que me ponga la remera, cuando lo hice me tomo de la mano y me empezó a tirar para que salgamos.
-Adiós, volvemos en una hora.
Gritamos los dos.

Llegamos a un parque y bueno, lo primero que pensé fue que seria algo rudo pero se iba a cansar, vamos ¿que persona de cinco años o tal vez 6 tiene tanta energía y fuerza? Claramente se parece a Dylan. Luego de una hora de, para decirlo no tan bruscamente, una paliza de parte de la bestia miniatura me tire al pasto para poder recuperar el aire que claramente me falta, había perdido mi estado físico terriblemente. 
-Vamos Meg, no podemos jugar si estas tirada en el pasto.
Me gritaba Nicolas que estaba a varios metros con la pelota en brazos.
-Dios bestia, dame al menos 10 minutos. Tu eres un pequeño monstruo que tiene baterías triple A, yo soy una simple humana, aparte ya estoy vieja.
-No soy un monstruo, abuelita.
Cuando abrí los ojos vi en cámara lenta como se tiraba encima mio y empezaba a hacerme cosquillas.
-Vamos tía Meg, vamos vamos vamos vamos.
No podía respirar de la risa, es un monstruo este niño.
-Por dios bestia, vas a matarme. Dame aire, ya voy ya voy.
Volvió a soltar un grito de indio y rodó hasta quedar tirado a mi lado.
-Me caes bien tía Meg ¿Puedo decirte tía, no?
-Claro que si bestia ¿Puedo decirte bestia?
Empezó a reírse y me empujo con su manito.
-Claro que no.
-Entonces te diré bestia. ¿Sabes pequeño monstruo? Me gusta que me digas tía, es la primera vez que me llaman así.
-A mi me gusta decirte así, ahora juguemos otra vez.
-¿Que tal si vamos a comer un helado y después jugamos otra vez?
-Genial.
Esos gritos de indio me causaban mucha risa.

Llegamos a el departamento después de tres horas, Dylan estaba tirado en el sillón viendo algo en la tele y Dabria estaba en la cocina claramente cocinando.
-Mami, papi llegue. La tía Megi jugo conmigo y me compro un helado, después volvimos a jugar y después le pidió la tabla de skate a un chico que estaba tirado en el pasto y me enseño algunos trucos. La tia Megi es genial.
Dijo todo eso de corrido sin respirar, estaba pensando que seriamente es un monstruo. Lo finalizo tirándose al sillón de espaldas y con una sonrisa en la cara.
-Me alegro que lo hallas pasado bien cielo.
Dijo Dabria desde la cocina, Dylan me miro y me sonrió.
-Eres perfecta Meg.
-Mentira es un ancianita.
Grito Nicolas.
-Bestia, vamos ve a bañarte que apestas.
Dabria salio de la cocina, lo tomo de la mano y se lo llevo al baño. Dy me tomo de la mano y me sentó a su lado.
-Gracias.
-¿Por que?
-Por todo, por venir, por llevarte tan bien con Nicolas es muy importante eso para mi. Lo siento tanto, quise decirte muchas veces, pero... no sabia como. Es algo complicado.
-Esta bien cielo, estoy aquí por que te extrañaba y sabes que no puedo estar sin vos. Y me llevo bien con la bestia por que es tan perfecto, es un niño hermoso y va a ser una gran persona cuando sea grande, merece amor de todas las personas del mundo por que con solo 5 años o 6 no se cuantos tiene, me transmitió paz tanta tanta paz en el maldito avión que es imposible no soportar su exceso de energía. Simplemente lo adoro. 
Dylan me sonrió con ternura y me planto un beso. Cuando nos separamos le dije con una sonrisa enorme:
-Aparte me dice tía.




Remera de los Jets de Nueva York: 

domingo, 8 de junio de 2014

Capitulo 21:

Megara:

Lo primero que puedo decir es que ODIO viajar en avión, se me ponen los pelos de punta. Y por decir que eso es poco tengo a una chica de unos 25 con un niño de unos 5 años que no para de llorar, voy a llorar yo si seguimos así. La criatura se encuentra sentada en el medio de las dos, por lo que decidí ponerme en acción.
-Hola pequeño ¿como te llamas?
Le toco su pequeña manita y sonrío, el deja de llorar en ese mismo instante y me mira con sus grandes ojos azules llenos de lagrimas, por un minuto los dos nos calmamos.
-Nicolas ¿y tu?
-Megara, pero me dicen Meg.
El sonríe dejando ver que le faltan dos dientes adelante, se da vuelta hacia su madre y le toca la mano.
-Mami, se llama megara. Me gusta ese nombre, así le podrías poner a mi nueva hermanita.
-Que bonito nombre que tienes preciosa. Claro cariño que podríamos, hay que hablar con papi ¿si?
El solo asiente.
-¿Tienes segundo nombre?
-Sip, Andromeda.
Su madre me sonríe.
-Son muy hermosos.
-Gracias señora.
Le digo tratando de no sonrojarme.
-¿Y tu pequeño monstruo tenes segundo nombre? 
El frunce el ceño y hace pucheros.
-Si, pero no me gusta. 
Dice cruzando sus brazitos, le hago cosquillas y el comienza a reírse.
-Vamos, dime.
-Nopi.
-Por fis.
-Nop.
-Bueno esta bien.
Le digo haciendo pucheros.
-Thomas, pero lo odio. No le digas a mamá por que se va a enojar.
Dice riéndose.
-Nicolas, te escuche.
-Perdón mami.
Nos empezamos a reír y cada vez estamos mas tranquilos.
-Así que te da miedo volar ¿eh?
-Si ¿y a ti? No eres una niñita como para tenerle miedo, yo soy pequeño todavía.
-Ey, solo tengo 19 y si le tengo miedo. Mucho, es la primera ves que vuelo.
-¿Donde vives?
-En Manhattan y ¿tu?
-También.
-Genial.
-¿A donde vas?
-A Irlanda, a ver a mi novio y ¿tu?
-También, a ver a mis abuelos.
-Jajaja, que coincidencia.
Le dije sonriendo, creo que me había enamorado de ese niño. Seguimos hablando por un rato sobre juegos de x-box y le mostré algunos tatuajes de mis brazos, con lo que se sorprendió mucho. Cuando empezó a haber turbulencia, casi rompo en llanto hasta que su pequeña manita se poso en la mía y eso me transmitió algo de paz. El me miro y se puso a hablarme sobre un juego nuevo que le había dicho su abuelo que le regalaría, estaba desbordando emoción y antes de darme la seña de desabrochar los cinturones apareció y el avión había aterrizado.
-Wow
-¿Que paso?
Me pregunta bajándose del asiento y tomando la mochila que su mamá le estaba alcanzando.
-¿Ya llegamos?
-Jajaja, sip.
Tome mi pequeño bolso y fui a buscar mi maleta. Vi como la mamá de Nicolas agarraba la suya y entonces el pequeño vino a abrazarme.
-Me tengo que ir, eres muy linda Meg.
Dijo sonriéndome.
-Me gusto haberte conocido pequeña bestia, se bueno con tu mamá y cuida a tu hermanita cuando nazca ¿si?
El asintió, me dio un beso en la mejilla y se fue saludándome con su manito. 

Luego de dos horas de caminar, tomar taxis y pedir indicaciones, llegue a un edificio con varias escaleras a los costados y demasiadas puertas. Busque mi celular y vi que la habitación donde tenia que buscar a Dylan era la 33 piso 3.
-Raro.
Murmure, empece a subir y cuando llegue a la puerta toque timbre. Estaba bastante nerviosa, no era que no sabia quien estaba del otro lado, solo que hacia tiempo no lo veía y lo extrañaba muchísimo. Se escucharon pasos del otro lado y una voz que me sonaba raramente conocida que decía:
-Voy yo.
La sorpresa que me lleve cuando Nicolas abrió la puerta fue tan grande como la de el verme parada ahi.
-¿Meg, que haces aquí?
-¿Quien es cariño?
Grito su mamá desde adentro.
-Meg la chica del avión.
Volvió a gritar. Su madre apareció enseguida sonriéndome.
-Cariño ¿Como llegaste aquí?
-Creo que me equivoque, lo siento. Solo estaba buscando el departamento de Dylan, me dijo el 33 del piso 3 y es este a menos que me halla equivocado la calle o algo.
Nicolas que estaba al lado mio, miro a su mamá y le jalo del vestido de flores que tenia puesto.
-¿Por que pregunta por papá, mami?
¿Papá? ¿Yo escuche bien? Dijo papá. No..... tiene que estar hablando de otro chico.
-¿Papá? ¿Dylan... es tu papá?
La mamá de Nicolas abrió los ojos como platos y me miro. Entonces se echo a reír, soltando una enorme carcajada. Yo no podía creer que estar mujer se estaba riendo.
-Tu.
Me dijo.
-¿Yo?
-Si, tu.
-Si. Yo soy yo.
-Tu eres Megara. La novia de Dylan.
Me dijo secándose las lagrimas que se habían salido por la risa.
-¿Si? Su marido según entendí.
-¿Que? No que asco.
Dijo volviendo a reírse.
-Perdón, pero no entiendo nada de lo que me esta diciendo.
-Nick, ve a llamar a Dylan que esta en la habitación.
-Pero mamá, se va a enojar.
-Claro que no, busca agua en la cocina tirasela en la cara y corre de vuelta hacia aquí, Meg te cubrirá.
-¿Si?
Su madre asintió y el niño desapareció en el departamento. Yo seguía tan confundida que pasaba de mirar sus ojos azules, a mirar el piso de madera.
-Nunca me presente, soy Dabria.
-Un gusto, creo.
En ese momento Nicolas se escondió detrás de mis piernas abrazándolas fuertes y su madre comenzó a reírse. Entonces apareció en la puerta Dylan con su cabello y su cara empapados y con cara de enojo y sueño.
-Te voy a m...
Sus ojos se abrieron como platos al verme, miro a Dabria quien sonreía y trataba de aguantar la risa.
-¿Meg?
-No, soy un unicornio cielo.
-¿Que haces aquí?
-¿Que?
-¿Que, que haces aquí?
-¿Perdón? Vos me mandaste el pasaje y la dirección para que venga hoy. Perdóname si arruine tus planes con tu familia.
Me di la vuelta levantando mi mochila del piso y dándole una sonrisa a Dabria y Nick que me miraban serios. Entonces sentí una mano tomándome del brazo, odiaba que hagan eso no me traía para nada buenos recuerdos, hice que sacara su mano. Me di la vuelta y Dylan me miraba sonriéndome de lado.
-¿A donde vas?
-Al aeropuerto de nuevo.
-No.
-¿Que?
-Acabas de llegar, no te vas a ir ya.
-Pero... ¿Viste como me trataste? No quiero estar acá.
-Perdón cielo, es que estaba dormido todavía y no sabia si estaba alucinando. Fueron demasiadas sorpresas juntas.
-Si veo.
-Chicos, pueden entrar necesito hablar con Meg.
Los dos asintieron y entraron.
-Por favor, por favor decime que no es tu hijo.
-¿Que, quien?
-¿Como quien? Nicolas.
El comenzó a reírse a carcajadas al igual que lo había echo Dabria, ¿que le pasaba a todo el mundo hoy?
-Nicolas es mi sobrino.
-¿Y por que te dice papá?
De repente se puso serio y miro hacia el departamento.
-Su padre y su madre murieron en un accidente de autos cuando tenia 2 años, me tomo como su figura paterna por que estuve mucho tiempo cuidando de el. A todos nos costo mucho superar la perdida que tuvimos.
-Oh. ¿Era tu hermana?
-Mi hermano, mi hermana es Dabria. 
-Oh, ¿como se llamaba?.
-Dean era cinco años mayor que yo, Dabria es la mas grande de los tres por un año. Nicolas nos tomo como sus padres por que siempre cuidamos mucho de el y aparte esta el echo de que soy bastante parecido a el. Los extraño mucho Holly era un buena chica también.
-Lo siento, creí que...
-Si cielo tranquila. No es algo de lo que me guste hablar, por eso nunca te conté. Perdón, mira estos son ellos.
Dice pasándome una foto algo arrugada que saco de su billetera, el chico por lo poco que se ve era igual a Dylan solo que mas grande y la chica parecía muy feliz. Sus ojos estaban llenos de lagrimas y sabia que era algo que le dolía y mucho hablar de ellos.
-Se veían muy felices.
-Lo eran. 
-No te diré que lo siento, por que se que no sirve para nada. Se lo que se siente perder a alguien y me tienes aquí para llorar en mi hombro si así lo deseas.
Le digo sonriendo, el me mira y lo único que hace es abrazarme.


Nicolas: 



Dabria:

Dean y Holly: