Megara:
Después de despertarme de la horrible pesadilla, estaba muerta de cansancio peor que antes. Fui al baño de mi pieza corriendo y me senté en el rincón a llorar, cuando logre calmarme me moje un poco la cara para despabilarme, escuche la puerta de mi pieza abrirse con fuerza.
-Megara ¿donde estas?
Estaba preocupado lo podía notar en su voz, salí del baño despacio teniendo vergüenza de que me haya escuchado. Se acerco a mi casi corriendo, me miro detenidamente como si no quisiera ver nada roto ni fuera de lugar y me levanto del piso en un abrazo, eso me hizo llorar con mas ganas. No podía creer, que me viera llorar.
Después de calmarme me acosté de nuevo junto a el y dormí como nunca había dormido en mi vida, su calor corporal me relajo a tal punto que no tuve ninguna pesadilla y escuchar su corazón latir hizo maravillas a mi cabeza, fue la primera vez en mi vida después de la perdida de mi mamá que quería algo con todas mis ganas junto a mi.
Cuando se fue Dylan de la habitación, me dejo con una sonrisa de estúpida adornando mi cara como si fuera la estrella de un gran árbol de navidad. No podía creer lo que ese chico estaba haciéndome, me puse un pantalón largo y una musculosa era hora de dejar de tapar lo que amaba, tanto hacerlos como tenerlos mis tatuajes eran mi vida escrita en mi piel.
Subí arreglando mi pelo dentro de la gorra de baseball de los yankees que mi tío me regalo cuando era chica y pase por el comedor, donde estaban comiendo Mick, Louis, la mujer nueva creo que Dylan dijo Julia no escuche bien y mi perfecto chico de ojos azules. Tome un pan de la mesa y seguí caminando al lado de la larga mesa donde se encontraba una persona que odia y los dos hombre que mas amaba, todos se encontraban demasiado callados. Pobre mujer, era la primera vez que me veía y ya seguramente tenia una horrible imagen de mi, Dylan me sonreía radiante y Mick me miraba medio sonriendo y medio confundido, si era mi gemelo y no sabia NADA de mis tatuajes que estaba mostrando alegremente ahora mismo, me sentí bastante mal pero después se me paso. Me acerque a Mick, apoyándome en la parte de atrás de la silla y mostrando mi tatuaje que tenia en el ante brazo que era su nombre, el sonrió radiante. Louis salio de su trance y dijo:
-¿Quien te piensas que eres jovencita?¿Como vas a marcar tu piel así con esas porquerías?
Eso logro que me molestara y mucho, quien se pensaba que era el para decirme a mi que no podía hacer algo. Le di una mirada que hizo que se callara y Julia hablo:
-Hola querida, ¿tu eres Megara no?
La mire de reojo, no quería apartar la vista del idiota de mi padre. Como se atrevía si quiera a decir eso. Le di la vuelta a la mesa y le tendí la mano.
-Un gusto señora, soy Megara todos me dicen Meg.
-Nada de señora tesoro, dime Jul.
-Bueno Jul. Un gusto conocerla.
Hice una pequeña reverencia, burlándome de mi idiota padre y ella sonrió, lo mire.
-Me retiro, que tengan una linda comida en familia.
-Espera cielo, ¿no quieres comer nada?
-No señora yo no como con gente que odio.
-No me digas, ¿te llevas mal con Dylan?
Sonrió y yo hice lo mismo.
-Todo lo contrario señora, con su hijo se podría decir que congeniamos mucho.
-Genial, el necesita una chica que lo guié por un buen camino. Se podría decir que antes no era para nada un chico bueno, se acostaba con todas las jóvenes del colegio anterior, iba por malos caminos. Tu con todos esos tatuajes y todo, se sigue viendo que eres adorable y una muy buena niña.
Así que el pequeño era un gato callejero. Genial, eso hizo que me ponga muy celosa después íbamos a hablar seriamente, le di una mirada de muerte y miro para otro lado. Claro chico huye...
-Bueno señora, amaría seguir con esta muy interesante charla pero no puedo. Tengo un muy lindo auto que arreglar su equipo de audio así que espero que lo sigan muy lindo, hasta luego.
-Hasta luego lindura, eres muy educada y dulce. Nada de lo que escuche es cierto por lo visto.
-No señora, nada de lo que haya escuchado es verdad. Cuando quiera podemos hablar, seria un placer.
Me fui tarareando "nombres impropios" de Joaquin Sabina y sonriendo sabiendo que tenia una nueva amiga.
Estaba tirada medio cuerpo adentro del auto y la otra mitad afuera, terminando de conectar unos cables cuando alguien me toco la pierna y salí despacio para no golpearme la cabeza, era Mick. Eso si no me lo esperaba.
-Hola preciosa gemela.
-Hola lindura.
-Asi que...
-¿Que?
-Lindos tatuajes.
-Gracias.
Estaba incomodo, me sentí mal por no contarle.
-Perdón Mick, pero no se sentí miedo, esto es solo mio y temí por que fueras a juzgarme. Perdón.
-Esta bien tonta, yo también tengo.
Sip, eso si que no me lo esperaba. Se remango la camisa y me mostró un gran tatuajes con letras raras y rosas rojas que ocupaban todo su brazo izquierdo.
-Lindo... ¿Hace cuanto lo tienes?
-Poco, hace meses.
-Me hubieses dicho y te lo hacia yo.
-¿Hacerlo tu?
-Tatuó también bobo.
-Jajaja, Genial. Esa es mi hermanita, bueno ahora muéstrame son solo los brazos ¿no?
-No.
Me levante la remera y le mostré mi estomago, me di la vuelta y jadeo.
-¿Eso es lo que creo que es?
-Si.
-¿Por que lo tienes tatuado Megara?
-Por que aunque haya sido el peor día de mi vida, fue algo que nunca voy a olvidar. No me lo permitiría nunca, es como querer olvidar a mamá.
Sonrió con tristeza.
-Tengo mas, en las piernas.
Me sonrió enormemente y negó con la cabeza.
-Estas loca hermanita, me voy. Me llevo mi moto, no te preocupes no voy a tocar mas los autos lo prometo.
-Si, se que no lo harás.
Le di una mirada seria y me abrazo fuerte y empezó a despeinarme.
-Eres bobita.
Le hice cosquillas, se rió por un rato y se fue.
Me puse a limpiar el Camaro con un trapo y me abrazaron por la cintura, ese perfume, su calor corporal y sentir su sonrisa en mi cuello fue lo mejor del día. Me di la vuelta y le sonreí.
-Hola bebe.
-Hola Princesa.
Le di un beso y hice que se sentara en el asiento del pasajero.
-Ahora te voy a llevar a mi lugar preferido en el mundo.
Sonreí radiante, estaba mas que feliz.
-Eso me encantaria.
Eso logro que me molestara y mucho, quien se pensaba que era el para decirme a mi que no podía hacer algo. Le di una mirada que hizo que se callara y Julia hablo:
-Hola querida, ¿tu eres Megara no?
La mire de reojo, no quería apartar la vista del idiota de mi padre. Como se atrevía si quiera a decir eso. Le di la vuelta a la mesa y le tendí la mano.
-Un gusto señora, soy Megara todos me dicen Meg.
-Nada de señora tesoro, dime Jul.
-Bueno Jul. Un gusto conocerla.
Hice una pequeña reverencia, burlándome de mi idiota padre y ella sonrió, lo mire.
-Me retiro, que tengan una linda comida en familia.
-Espera cielo, ¿no quieres comer nada?
-No señora yo no como con gente que odio.
-No me digas, ¿te llevas mal con Dylan?
Sonrió y yo hice lo mismo.
-Todo lo contrario señora, con su hijo se podría decir que congeniamos mucho.
-Genial, el necesita una chica que lo guié por un buen camino. Se podría decir que antes no era para nada un chico bueno, se acostaba con todas las jóvenes del colegio anterior, iba por malos caminos. Tu con todos esos tatuajes y todo, se sigue viendo que eres adorable y una muy buena niña.
Así que el pequeño era un gato callejero. Genial, eso hizo que me ponga muy celosa después íbamos a hablar seriamente, le di una mirada de muerte y miro para otro lado. Claro chico huye...
-Bueno señora, amaría seguir con esta muy interesante charla pero no puedo. Tengo un muy lindo auto que arreglar su equipo de audio así que espero que lo sigan muy lindo, hasta luego.
-Hasta luego lindura, eres muy educada y dulce. Nada de lo que escuche es cierto por lo visto.
-No señora, nada de lo que haya escuchado es verdad. Cuando quiera podemos hablar, seria un placer.
Me fui tarareando "nombres impropios" de Joaquin Sabina y sonriendo sabiendo que tenia una nueva amiga.
Estaba tirada medio cuerpo adentro del auto y la otra mitad afuera, terminando de conectar unos cables cuando alguien me toco la pierna y salí despacio para no golpearme la cabeza, era Mick. Eso si no me lo esperaba.
-Hola preciosa gemela.
-Hola lindura.
-Asi que...
-¿Que?
-Lindos tatuajes.
-Gracias.
Estaba incomodo, me sentí mal por no contarle.
-Perdón Mick, pero no se sentí miedo, esto es solo mio y temí por que fueras a juzgarme. Perdón.
-Esta bien tonta, yo también tengo.
Sip, eso si que no me lo esperaba. Se remango la camisa y me mostró un gran tatuajes con letras raras y rosas rojas que ocupaban todo su brazo izquierdo.
-Lindo... ¿Hace cuanto lo tienes?
-Poco, hace meses.
-Me hubieses dicho y te lo hacia yo.
-¿Hacerlo tu?
-Tatuó también bobo.
-Jajaja, Genial. Esa es mi hermanita, bueno ahora muéstrame son solo los brazos ¿no?
-No.
Me levante la remera y le mostré mi estomago, me di la vuelta y jadeo.
-¿Eso es lo que creo que es?
-Si.
-¿Por que lo tienes tatuado Megara?
-Por que aunque haya sido el peor día de mi vida, fue algo que nunca voy a olvidar. No me lo permitiría nunca, es como querer olvidar a mamá.
Sonrió con tristeza.
-Tengo mas, en las piernas.
Me sonrió enormemente y negó con la cabeza.
-Estas loca hermanita, me voy. Me llevo mi moto, no te preocupes no voy a tocar mas los autos lo prometo.
-Si, se que no lo harás.
Le di una mirada seria y me abrazo fuerte y empezó a despeinarme.
-Eres bobita.
Le hice cosquillas, se rió por un rato y se fue.
Me puse a limpiar el Camaro con un trapo y me abrazaron por la cintura, ese perfume, su calor corporal y sentir su sonrisa en mi cuello fue lo mejor del día. Me di la vuelta y le sonreí.
-Hola bebe.
-Hola Princesa.
Le di un beso y hice que se sentara en el asiento del pasajero.
-Ahora te voy a llevar a mi lugar preferido en el mundo.
Sonreí radiante, estaba mas que feliz.
-Eso me encantaria.