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jueves, 13 de marzo de 2014

Capitulo 12:

Dylan:

Me queda con prácticamente la mandíbula por el piso, los ojos nublados por la ira y las ganas de llorar. No podía creerlo, no podía creer nada de lo que estaba diciendo su idiota padre le dijo ¿que no podía hacer eso? ese hombre... lo odiaba, nunca iba a poder verlo a la cara, Meg tomo unas largas respiraciones y fue hasta el baño, se lavo la cara y volvió a sentarse. Cuando me vio, se levanto del sillón y se arrodillo al lado mio.
-No bebe, no llores por favor no.
Me seco una lagrima que sin mi consentimiento se escapo y hizo una sonrisa forzada. Esta vez me abrazo ella y yo la envolví en un abrazo protector. No podía creer que eso le había pasado a ella y no era el jodido final.
Respiro profundo y me miro.
- Tengo que terminar.
Asentí, ella miro la pared enfrente nuestro y volvió a empezar.

"- Después de lo que se que fueron semanas, mi madre ya no gritaba, Tony y sus hombre no entraban a golpear a ninguna de las dos, solo el chico rubio de ojos azules entraba a dejar comida y se iba. 
Un día, el mismo chico que me separo de mi madre me llevo con ella. Yo me había dejado morir, obviamente lo iba a hacer tarde o temprano, si no lo hacían ellos, iba a ser por mis medios. Sabia que algo mal dentro de mi estaba, no podía respirar bien y cuando tosía escupía sangre todavía. Cuando el chico me dejo sobre el colchón lentamente como si fuera de cristal, me corrió un poco el cabello de los ojos y se levanto para despertar a mi madre que estaba apoyada en una pared del lado opuesto de la habitación.
Ella se sobresalto y el le tapo la boca. No podía verme desde donde estaba por que el chico me tapaba, entonces escuche que dijo:
-Sh, no grites Andromeda por favor no lo hagas. Traje a la niña, por favor no grites o van a volver y no podre hacer nada.
No entendía que quería decir. Le saco la mano de la boca de mi madre y se corrió para que me viera desde donde estaba. Ella se arrastro en cuatro patas hasta mi y me toco suavemente la mejilla.
-Bebe, no. No no no no no no, lo siento tanto. 
No dejaba de repetir no una y otra vez, derramo miles y miles de lagrimas. Yo solo miraba el techo y me concentraba en respirar.

Dos días después o eso pareció para mi, no tenia ni idea de cuanto tiempo estuve en esa habitación con mi madre, entro otra vez el chico rubio de ojos azules y me miro. Instintivamente me empece a arrastrar hacia atrás, esta vez iba a luchar no iba a dejar que me golpearan. 
-No espera, tranquila.
Se agacho a mi lado y me miro. Estaba completamente aterrada, tenia miedo por mi, por mi madre, por mi vida.
-Voy a hablar con tu mamá ¿si? Por favor no grites, ya vuelvo. 
Asentí muy despacio todavía muy dolorida, comenzando a costarme respirar mucho de nuevo, el tomo a mi mamá suavemente del brazo y se la llevo a fuera.
Luego de un rato, mamá volvió a entrar con el llorando como si algo peor que esto estuviera pasando. Se arrodillo delante mio y me tomo la cara entre las manos.
-Perdón Megara, te amo.
Mis ojos se agrandaron y me separe de ella instintivamente. 
-No, tu no. No por favor mamá.
Había entrado en pánico y no podía respirar. Mi madre me miraba como si no entendiera.
-Tranquila cielo, no pasa nada.
Me abrazo y empezó a cantar una vieja canción de cuna con la que nos hacia dormir a Mick y a mi. De solo pensar en mi hermano en ese momento me hacia sentir triste y vacía, quería volver a verlo mas que a nada.
Mi madre me ayudo a pararme y yo la mire confundida.
-Escúchame con atención Megara, el es James, el no te va a lastimar. Me conoce hace tiempo y va a ayudarte a salir de aquí, júrame que si algo no sale como te estoy diciendo correrás hasta poder salir de aquí y no volverás mas. Júralo.
-Si mamá.
Apenas podía hablar.
-Esa es mi pequeña, te amo.
Me dio un beso en la frente, James me tomo de la mano y me saco de la habitación al instante la puerta se cerro.
-¿Y mi mamá?
-Eh... Andromeda se va a quedar.
-No no no no no, eso no puede ser no quiero irme sin ella.
Mi voz iba en aumento, el me tapo la boca con la mano y me miro a los ojos.
-Sh por favor, no lograre sacarte si haces esto. Por favor silencio.
Mis ojos se llenaron de lagrimas y en ese momento una puerta al final del pasillo se abrió y James se metió a una habitación solo dejándome parada ahi, lo único que escuche de la habitación en la que se metió el chico, fue :
-Corre.
Y eso hice, corrí. Hasta que mi cara dio contra una pared al igual que mi cuerpo, podía escuchar los pasos corriendo tras de mi como perros hambrientos, vi un cartel luminoso y corrí hasta ahi. Salí por la puerta y me encontré cegada por el sol no me importo, seguí corriendo por el callejón por fin podía salir de ese lugar, estando a unos metros de la calle, lo escuche:
-Megara, ¿a donde vas?Me di vuelta y lo mire, era alto, de cuerpo grande y con una mirada tenebrosa en el rostro... sentí pánico nuevamente.-Se termino tu tiempo Meg.Me di la vuelta y lo sentí, primero un golpe seco en el estomago, después fue  mi cara, eran tantas que no podía respirar quise mantenerme en pie por simple orgullo pero no lo logre, desde el piso vi a 3 hombre pegarme como si fuera un saco de basura... no podía mas, sabia que no lograría vivir si no hacia algo ahora. Y lo escuche de nuevo:-BASTA! No quiero que la maten.Me levante como pude, lo mire y corrí nuevamente hacia la calle con la poca fuerza que me quedaba. Fue en ese momento cuando vi las dos luces y sentí el impacto, los vidrios volaron por todos lados, el sabor a sangre se hizo presente nuevamente, los huesos sonaron rotos, di la vuelta sobre el auto y golpee el duro pavimento, antes de caer inconsciente en la pura oscuridad lo ultimo que pude hacer fue decir:-Andromeda."

Después de un minuto de respiraciones pesadas, hablo:
-De eso tratan mis pesadillas, por eso nunca voy a poder dormir tranquila, por eso odio a mi padre y por eso nunca voy a lograr perdonarlo por dejar que mi madre muriera.
-¿Entonces ella es Andromeda, tu madre?
-Si, ese es el nombre de ella. Es lo que dice el tatuaje.
Asentí, todavía me costaba asimilar todo eso.
-¿Y tu tía Ella, que paso?
Suspiro.
-Yo después de que aquel auto me pasa por arriba, literalmente, el chico me llevo a urgencias, estuve meses en el hospital y 2 en un centro de rehabilitación, no sirvió de mucho, nunca supere la muerte de mi madre. Pero si sirvió para que no tuviera pánico de que la gente me toque, ni que tenga miedo a salir de mi casa, o si quiera a separarme de la cama. Al parecer había estado 2 meses encerrada ahi, así que después de 3 años enteros sin poder ver a ningún familiar. Volví a ver a mi hermano y esa fue la mejor experiencia de mi vida, meses mas tarde me entere que mi tía Ella se había suicidado después de haberse enterado lo de su hermana menor, dicen que no pudo superar que su hermanita haya echo eso por ella. La carga de la culpa.
-Lo lamento Megara.
-¿Que?
-Que lo siento, no quise enojarme contigo por que no me contaras algo, fue estúpido, inmaduro y realmente el comportamiento de un niño. Tu pasaste tantas cosas, que no se como asimilar que te veas tan fuerte, tan segura, aunque a veces seas tímida o reservada, no te importa. Y la verdad nunca estuve tan feliz de conocer una persona como tu. Te quiero en mi vida, no quiero que te alejes ni quiero alejarme de ti, eres lo mejor que alguna ves me paso en la vida. Te quiero Meg.
Los ojos de Meg se volvieron a llenar de lagrimas pero esta vez de la felicidad y me apretujo en un abrazo muy fuerte.
-Realmente no me importa tu comportamiento de niño pequeño, es mas eres adorable, se que hay cosas que tenias que saber y ahora estoy feliz de que lo sepas y te agradezco que me comprendas y también que me hayas escuchado Dylan, no sabes lo importante que era para mi contarte esto. Te quiero tanto mi pequeño bebe.
-Te quiero mucho mas mi espantapájaros azul.
-No yo mas, eres el pedacito de cielo que me quitaron de niña.
-Nadie te va a quitar nada esta ves, preciosa.

Sonreí, la ayude a pararse y nos metimos en la cama para dormir mejor de lo que alguno durmió en nuestras vidas, abrazados en la noche fría con el corazón lleno de amor para dar y la cabeza en calma.

Capitulo 11:

Dylan:


Meg seguía llorando, estuvo así por 10 minutos quería abrazarla fuertemente y decirle que todo estaba bien, que yo iba a protegerla pero no me dejaba acercarme y eso me fastidiaba totalmente.
Después de varias respiraciones, ella me miro y volvió a retomar la historia. 

"-Cuando llegamos ese lugar al que nos llevaban, supe tres cosas:

  • Nº 1 : Tenia demasiado miedo y quería a estar en mi casa con mi hermano, era lo único que quería.
  • Nº 2: Estos hombres no estaban jugando.
  • Nº 3: Mi mamá estaba arriesgando su vida por su hermana.
Me desvendaron los ojos y parpadee varias veces hasta que mi vista se adapto lo mejor que pudo a una horrible habitación que tenia paredes blancas que se estaban descascarando, había dos ventanas tapiadas con madera, una gran puerta negra, una mesa de metal y dos sillas. Mire al rededor buscando a mi madre, hasta que la vi tirada en el piso a unos pasos de distancia de mi algo inconsciente. Me arrastre hasta ella y la moví un poco, ella se despertó en seguida muy sobresaltada.
-Megara
-Tranquila mamá estoy aquí.
Ella me agarro la cara entre las manos y me apretó fuertemente entre sus brazos, mientras comenzó a llorar. Yo en esos momento estaba en shock no sabia como reaccionar, no sabia si llorar o no, la mayoría de esas cosas todavía no habían entrado a mi cabeza y todavía creía que estaba dormida y que en cualquier momento Mick bajaría de su cama, para saltar sobre mi y decirme que eran las 8:00 de la mañana y teníamos que ir a ver a nuestra mascota nueva Pío que era un pura sangre negro que nuestro padre nos había regalado para navidad. Quería creer que mamá nunca me había levantado mas temprano de lo normal y que en ningún momento dijo de ir al faro, quería creer eso con todas mis fuerzas. Pero no sirvió.
Cuando entro Tony y sus muchachos levantaron a mi madre que estaba sentada conmigo en brazos y se la llevaron sin decir una palabra. A los minutos pude escuchar los gritos de mi madre, eso fue lo mas horrible de todo, escuchar esos gritos violentos pidiendo ayuda y no poder hacer nada fue mi condena, la peor tortura de toda mi vida. Yo seguía sentada exactamente en el mismo lugar, mirando la pared blanca con humedad, no había derramado ni una lagrima y no lo hice después tampoco.
Esa noche mi madre no volvió.

A las 3 días, tal ves menos o tal ves mas, trajeron a mi madre arrastrando entre los dos la traían uno de cada brazo. La acostaron en el colchón que habían traído el primer día y se fueron. Me acerque muy lentamente a mi madre que tenia cortes por toda su cara, magulladuras, moretones y marcas en su cuerpo y aun así no dejaba de ser perfectamente hermosa como un ángel.
Le acaricie la cara lentamente y le corrí el pelo, ella abrió un poco un ojo ya que el otro tenia un enorme moretón que le impedía abrirlo mas.
-Meg..
Dijo con un susurro ronco, le toque el labio con el dedo y negué con la cabeza. Ella levanto la mano y me acaricio el rostro, quería llorar... lo quería con todas mis fuerzas, mas que nada. Pero no podía, ni una sola lagrima salia de mis ojos.

Ese día fueron por mi, cuando abrieron la puerta y el gran chico de ojos azules, cabello rubio y gran cuerpo, me miro, supe que en ese momento mi vida estaba arruinada para siempre. Me tomo del brazo y lo mire a los ojos, pude ver algo de tristeza en ellos, miro para otro lado de inmediato. Me empezó a arrastrar hacia la puerta y yo comencé a negarme y hacerle fuerza para que me suelte, en ese momento mi madre comenzó a despertarse.
-Por favor no.
Dijo el chico, lo mire y empezó a negar la cabeza. 
-Por favor, no quiero lastimarte. No quiero.
Miro a otro lado y me levanto, llevándome como un saco de papas.
En ese momento, mi madre me vio y sus ojos se agrandaron y el miedo hizo que sus pupilas se dilaten completamente haciendo desaparecer el color azul de sus ojos, azul profundo como el mar, como la inmensidad del mar, azul como mis ojos y los de Mick. Cuando el chico me bajo, me dejo en una habitación sola y se fue, antes de cerrar la puerta me miro, agacho la cabeza y se fue. 

Lo demás, paso todo muy rápido. 
Entraron los 3 chicos de Tony, junto con el, lo miraron el asintió. Se miraron entre ellos y se acercaron, yo empece a arrastrarme por el piso para escapar de ellos pero sabia que no era una opción esa.
Lo primero que sentí fue como una costilla de mi lado derecho se rompía por la patada que uno de los 3 me pego, ahogue un grito. Se miraron entre ellos, me levantaron del piso y evitaron hacer contacto con mis ojos, yo solo los mire era lo único que me quedaba. Seguía sin llorar.
Después de un buen tiempo de golpes, en la cara, el estomago, patadas en las costillas y todo el cuerpo. Seguía sin gritar, ni siquiera solté un solo quejido, no me pregunte que fue lo que paso. No lo se y nunca lo sabre, la gente normal gritaría a todo pulmón como hizo mi madre, lloraría desconsoladamente por el dolor interno y externo que alguien te esta provocando, pero yo no. Nunca pude hacerlo mientras estuve ahi dentro, los hombres se miraron entre ellos y se fueron de la habitación, dejándome sola tirada en el piso, llena de sangre en la cara por los cortes de los golpes. Trate lentamente de enderezarme, pero un dolor demasiado fuerte en mi costado me lo impidió, empece a toser sangre y sabia que eso no estaba para nada bien, sabia muy en el fondo que tenia que salir de ahi, fuera como fuera. Cuando logre sentarme, me corrí el pelo de la cara que me llegaba hasta la cintura y ahora estaba empapado en mi sangre y en ese momento entro Tony, con una cara de pocos amigos, mirándome demasiado mal. Tenia miedo, pero no iba a dejar que me lastimar, o la menos iba a intentar.
Se agacho a mi lado y me corrió un mechón de pelo, automáticamente sentí un escalofrió.
-Adivina quien quiere hablar contigo.
Saco del bolsillo de su traje negro un celular, marco un numero y espero. Cuando del otro lado atendieron sonrió.
-Hola ¿si, con quien tengo el gusto de hablar?
Espero...
-Así que Mick, que lindo nombre campeón.
Mis ojos se abrieron de par en par y Tony sonrió mas. 
-Podrías pasarme con tu padre, Mick. Gracias.
Yo estaba aterrada, totalmente. No quería que lastimara a mi hermano, nunca iba a dejar que eso pase ni siquiera en mis peores pesadillas, nunca.
-Hola querido Louis... ¿que con quien tienes el placer de hablar?... bueno veras, soy Tony... si, Tony Bell, el mismísimo... ¿que quiero de ti? yo no quiero nada, tu tendrías que querer algo que tengo justo al lado mio... ¿así que yo no tengo nada que tu puedas querer? bueno respuesta equivocada, escucha.
Puso el auricular en mi oreja y apenas pude murmurar un ronco.
-Papá.
-Lo siento.
Yo me quede muda ¿por que me pedía perdón? volví a hablar.
-Papá por favor...
-No haré esto ni por ti, ni por tu madre. Perdón Megara.
Luego corto.
No podía creerlo, Tony me miro sorprendido y luego miro a sus muchachos.
-Vayámonos.
Fue lo único que dijo, luego se volvieron a escuchar los gritos de mi madre. Pero esta vez ella gritaba mi nombre, nadie la estaba golpeando ni torturando. Yo en cambio, seguía tirada en el piso de la habitación de paredes negras sangrando y esa vez llorando."