Dylan:
Me queda con prácticamente la mandíbula por el piso, los ojos nublados por la ira y las ganas de llorar. No podía creerlo, no podía creer nada de lo que estaba diciendo su idiota padre le dijo ¿que no podía hacer eso? ese hombre... lo odiaba, nunca iba a poder verlo a la cara, Meg tomo unas largas respiraciones y fue hasta el baño, se lavo la cara y volvió a sentarse. Cuando me vio, se levanto del sillón y se arrodillo al lado mio.
-No bebe, no llores por favor no.
Me seco una lagrima que sin mi consentimiento se escapo y hizo una sonrisa forzada. Esta vez me abrazo ella y yo la envolví en un abrazo protector. No podía creer que eso le había pasado a ella y no era el jodido final.
Respiro profundo y me miro.
- Tengo que terminar.
Asentí, ella miro la pared enfrente nuestro y volvió a empezar.
"- Después de lo que se que fueron semanas, mi madre ya no gritaba, Tony y sus hombre no entraban a golpear a ninguna de las dos, solo el chico rubio de ojos azules entraba a dejar comida y se iba.
Un día, el mismo chico que me separo de mi madre me llevo con ella. Yo me había dejado morir, obviamente lo iba a hacer tarde o temprano, si no lo hacían ellos, iba a ser por mis medios. Sabia que algo mal dentro de mi estaba, no podía respirar bien y cuando tosía escupía sangre todavía. Cuando el chico me dejo sobre el colchón lentamente como si fuera de cristal, me corrió un poco el cabello de los ojos y se levanto para despertar a mi madre que estaba apoyada en una pared del lado opuesto de la habitación.
Ella se sobresalto y el le tapo la boca. No podía verme desde donde estaba por que el chico me tapaba, entonces escuche que dijo:
-Sh, no grites Andromeda por favor no lo hagas. Traje a la niña, por favor no grites o van a volver y no podre hacer nada.
No entendía que quería decir. Le saco la mano de la boca de mi madre y se corrió para que me viera desde donde estaba. Ella se arrastro en cuatro patas hasta mi y me toco suavemente la mejilla.
-Bebe, no. No no no no no no, lo siento tanto.
No dejaba de repetir no una y otra vez, derramo miles y miles de lagrimas. Yo solo miraba el techo y me concentraba en respirar.
Dos días después o eso pareció para mi, no tenia ni idea de cuanto tiempo estuve en esa habitación con mi madre, entro otra vez el chico rubio de ojos azules y me miro. Instintivamente me empece a arrastrar hacia atrás, esta vez iba a luchar no iba a dejar que me golpearan.
-No espera, tranquila.
Se agacho a mi lado y me miro. Estaba completamente aterrada, tenia miedo por mi, por mi madre, por mi vida.
-Voy a hablar con tu mamá ¿si? Por favor no grites, ya vuelvo.
Asentí muy despacio todavía muy dolorida, comenzando a costarme respirar mucho de nuevo, el tomo a mi mamá suavemente del brazo y se la llevo a fuera.
Luego de un rato, mamá volvió a entrar con el llorando como si algo peor que esto estuviera pasando. Se arrodillo delante mio y me tomo la cara entre las manos.
-Perdón Megara, te amo.
Mis ojos se agrandaron y me separe de ella instintivamente.
-No, tu no. No por favor mamá.
Había entrado en pánico y no podía respirar. Mi madre me miraba como si no entendiera.
-Tranquila cielo, no pasa nada.
Me abrazo y empezó a cantar una vieja canción de cuna con la que nos hacia dormir a Mick y a mi. De solo pensar en mi hermano en ese momento me hacia sentir triste y vacía, quería volver a verlo mas que a nada.
Mi madre me ayudo a pararme y yo la mire confundida.
-Escúchame con atención Megara, el es James, el no te va a lastimar. Me conoce hace tiempo y va a ayudarte a salir de aquí, júrame que si algo no sale como te estoy diciendo correrás hasta poder salir de aquí y no volverás mas. Júralo.
-Si mamá.
Apenas podía hablar.
-Esa es mi pequeña, te amo.
Me dio un beso en la frente, James me tomo de la mano y me saco de la habitación al instante la puerta se cerro.
-¿Y mi mamá?
-Eh... Andromeda se va a quedar.
-No no no no no, eso no puede ser no quiero irme sin ella.
Mi voz iba en aumento, el me tapo la boca con la mano y me miro a los ojos.
-Sh por favor, no lograre sacarte si haces esto. Por favor silencio.
Mis ojos se llenaron de lagrimas y en ese momento una puerta al final del pasillo se abrió y James se metió a una habitación solo dejándome parada ahi, lo único que escuche de la habitación en la que se metió el chico, fue :
-Corre.
Y eso hice, corrí. Hasta que mi cara dio contra una pared al igual que mi cuerpo, podía escuchar los pasos corriendo tras de mi como perros hambrientos, vi un cartel luminoso y corrí hasta ahi. Salí por la puerta y me encontré cegada por el sol no me importo, seguí corriendo por el callejón por fin podía salir de ese lugar, estando a unos metros de la calle, lo escuche:
-Megara, ¿a donde vas?Me di vuelta y lo mire, era alto, de cuerpo grande y con una mirada tenebrosa en el rostro... sentí pánico nuevamente.-Se termino tu tiempo Meg.Me di la vuelta y lo sentí, primero un golpe seco en el estomago, después fue mi cara, eran tantas que no podía respirar quise mantenerme en pie por simple orgullo pero no lo logre, desde el piso vi a 3 hombre pegarme como si fuera un saco de basura... no podía mas, sabia que no lograría vivir si no hacia algo ahora. Y lo escuche de nuevo:-BASTA! No quiero que la maten.Me levante como pude, lo mire y corrí nuevamente hacia la calle con la poca fuerza que me quedaba. Fue en ese momento cuando vi las dos luces y sentí el impacto, los vidrios volaron por todos lados, el sabor a sangre se hizo presente nuevamente, los huesos sonaron rotos, di la vuelta sobre el auto y golpee el duro pavimento, antes de caer inconsciente en la pura oscuridad lo ultimo que pude hacer fue decir:-Andromeda."
-De eso tratan mis pesadillas, por eso nunca voy a poder dormir tranquila, por eso odio a mi padre y por eso nunca voy a lograr perdonarlo por dejar que mi madre muriera.
-¿Entonces ella es Andromeda, tu madre?
-Si, ese es el nombre de ella. Es lo que dice el tatuaje.
Asentí, todavía me costaba asimilar todo eso.-¿Y tu tía Ella, que paso?
Suspiro.
-Yo después de que aquel auto me pasa por arriba, literalmente, el chico me llevo a urgencias, estuve meses en el hospital y 2 en un centro de rehabilitación, no sirvió de mucho, nunca supere la muerte de mi madre. Pero si sirvió para que no tuviera pánico de que la gente me toque, ni que tenga miedo a salir de mi casa, o si quiera a separarme de la cama. Al parecer había estado 2 meses encerrada ahi, así que después de 3 años enteros sin poder ver a ningún familiar. Volví a ver a mi hermano y esa fue la mejor experiencia de mi vida, meses mas tarde me entere que mi tía Ella se había suicidado después de haberse enterado lo de su hermana menor, dicen que no pudo superar que su hermanita haya echo eso por ella. La carga de la culpa.
-Lo lamento Megara.
-¿Que?
-Que lo siento, no quise enojarme contigo por que no me contaras algo, fue estúpido, inmaduro y realmente el comportamiento de un niño. Tu pasaste tantas cosas, que no se como asimilar que te veas tan fuerte, tan segura, aunque a veces seas tímida o reservada, no te importa. Y la verdad nunca estuve tan feliz de conocer una persona como tu. Te quiero en mi vida, no quiero que te alejes ni quiero alejarme de ti, eres lo mejor que alguna ves me paso en la vida. Te quiero Meg.
Los ojos de Meg se volvieron a llenar de lagrimas pero esta vez de la felicidad y me apretujo en un abrazo muy fuerte.
-Realmente no me importa tu comportamiento de niño pequeño, es mas eres adorable, se que hay cosas que tenias que saber y ahora estoy feliz de que lo sepas y te agradezco que me comprendas y también que me hayas escuchado Dylan, no sabes lo importante que era para mi contarte esto. Te quiero tanto mi pequeño bebe.
-Te quiero mucho mas mi espantapájaros azul.
-No yo mas, eres el pedacito de cielo que me quitaron de niña.
-Nadie te va a quitar nada esta ves, preciosa.
Sonreí, la ayude a pararse y nos metimos en la cama para dormir mejor de lo que alguno durmió en nuestras vidas, abrazados en la noche fría con el corazón lleno de amor para dar y la cabeza en calma.