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jueves, 13 de marzo de 2014

Capitulo 11:

Dylan:


Meg seguía llorando, estuvo así por 10 minutos quería abrazarla fuertemente y decirle que todo estaba bien, que yo iba a protegerla pero no me dejaba acercarme y eso me fastidiaba totalmente.
Después de varias respiraciones, ella me miro y volvió a retomar la historia. 

"-Cuando llegamos ese lugar al que nos llevaban, supe tres cosas:

  • Nº 1 : Tenia demasiado miedo y quería a estar en mi casa con mi hermano, era lo único que quería.
  • Nº 2: Estos hombres no estaban jugando.
  • Nº 3: Mi mamá estaba arriesgando su vida por su hermana.
Me desvendaron los ojos y parpadee varias veces hasta que mi vista se adapto lo mejor que pudo a una horrible habitación que tenia paredes blancas que se estaban descascarando, había dos ventanas tapiadas con madera, una gran puerta negra, una mesa de metal y dos sillas. Mire al rededor buscando a mi madre, hasta que la vi tirada en el piso a unos pasos de distancia de mi algo inconsciente. Me arrastre hasta ella y la moví un poco, ella se despertó en seguida muy sobresaltada.
-Megara
-Tranquila mamá estoy aquí.
Ella me agarro la cara entre las manos y me apretó fuertemente entre sus brazos, mientras comenzó a llorar. Yo en esos momento estaba en shock no sabia como reaccionar, no sabia si llorar o no, la mayoría de esas cosas todavía no habían entrado a mi cabeza y todavía creía que estaba dormida y que en cualquier momento Mick bajaría de su cama, para saltar sobre mi y decirme que eran las 8:00 de la mañana y teníamos que ir a ver a nuestra mascota nueva Pío que era un pura sangre negro que nuestro padre nos había regalado para navidad. Quería creer que mamá nunca me había levantado mas temprano de lo normal y que en ningún momento dijo de ir al faro, quería creer eso con todas mis fuerzas. Pero no sirvió.
Cuando entro Tony y sus muchachos levantaron a mi madre que estaba sentada conmigo en brazos y se la llevaron sin decir una palabra. A los minutos pude escuchar los gritos de mi madre, eso fue lo mas horrible de todo, escuchar esos gritos violentos pidiendo ayuda y no poder hacer nada fue mi condena, la peor tortura de toda mi vida. Yo seguía sentada exactamente en el mismo lugar, mirando la pared blanca con humedad, no había derramado ni una lagrima y no lo hice después tampoco.
Esa noche mi madre no volvió.

A las 3 días, tal ves menos o tal ves mas, trajeron a mi madre arrastrando entre los dos la traían uno de cada brazo. La acostaron en el colchón que habían traído el primer día y se fueron. Me acerque muy lentamente a mi madre que tenia cortes por toda su cara, magulladuras, moretones y marcas en su cuerpo y aun así no dejaba de ser perfectamente hermosa como un ángel.
Le acaricie la cara lentamente y le corrí el pelo, ella abrió un poco un ojo ya que el otro tenia un enorme moretón que le impedía abrirlo mas.
-Meg..
Dijo con un susurro ronco, le toque el labio con el dedo y negué con la cabeza. Ella levanto la mano y me acaricio el rostro, quería llorar... lo quería con todas mis fuerzas, mas que nada. Pero no podía, ni una sola lagrima salia de mis ojos.

Ese día fueron por mi, cuando abrieron la puerta y el gran chico de ojos azules, cabello rubio y gran cuerpo, me miro, supe que en ese momento mi vida estaba arruinada para siempre. Me tomo del brazo y lo mire a los ojos, pude ver algo de tristeza en ellos, miro para otro lado de inmediato. Me empezó a arrastrar hacia la puerta y yo comencé a negarme y hacerle fuerza para que me suelte, en ese momento mi madre comenzó a despertarse.
-Por favor no.
Dijo el chico, lo mire y empezó a negar la cabeza. 
-Por favor, no quiero lastimarte. No quiero.
Miro a otro lado y me levanto, llevándome como un saco de papas.
En ese momento, mi madre me vio y sus ojos se agrandaron y el miedo hizo que sus pupilas se dilaten completamente haciendo desaparecer el color azul de sus ojos, azul profundo como el mar, como la inmensidad del mar, azul como mis ojos y los de Mick. Cuando el chico me bajo, me dejo en una habitación sola y se fue, antes de cerrar la puerta me miro, agacho la cabeza y se fue. 

Lo demás, paso todo muy rápido. 
Entraron los 3 chicos de Tony, junto con el, lo miraron el asintió. Se miraron entre ellos y se acercaron, yo empece a arrastrarme por el piso para escapar de ellos pero sabia que no era una opción esa.
Lo primero que sentí fue como una costilla de mi lado derecho se rompía por la patada que uno de los 3 me pego, ahogue un grito. Se miraron entre ellos, me levantaron del piso y evitaron hacer contacto con mis ojos, yo solo los mire era lo único que me quedaba. Seguía sin llorar.
Después de un buen tiempo de golpes, en la cara, el estomago, patadas en las costillas y todo el cuerpo. Seguía sin gritar, ni siquiera solté un solo quejido, no me pregunte que fue lo que paso. No lo se y nunca lo sabre, la gente normal gritaría a todo pulmón como hizo mi madre, lloraría desconsoladamente por el dolor interno y externo que alguien te esta provocando, pero yo no. Nunca pude hacerlo mientras estuve ahi dentro, los hombres se miraron entre ellos y se fueron de la habitación, dejándome sola tirada en el piso, llena de sangre en la cara por los cortes de los golpes. Trate lentamente de enderezarme, pero un dolor demasiado fuerte en mi costado me lo impidió, empece a toser sangre y sabia que eso no estaba para nada bien, sabia muy en el fondo que tenia que salir de ahi, fuera como fuera. Cuando logre sentarme, me corrí el pelo de la cara que me llegaba hasta la cintura y ahora estaba empapado en mi sangre y en ese momento entro Tony, con una cara de pocos amigos, mirándome demasiado mal. Tenia miedo, pero no iba a dejar que me lastimar, o la menos iba a intentar.
Se agacho a mi lado y me corrió un mechón de pelo, automáticamente sentí un escalofrió.
-Adivina quien quiere hablar contigo.
Saco del bolsillo de su traje negro un celular, marco un numero y espero. Cuando del otro lado atendieron sonrió.
-Hola ¿si, con quien tengo el gusto de hablar?
Espero...
-Así que Mick, que lindo nombre campeón.
Mis ojos se abrieron de par en par y Tony sonrió mas. 
-Podrías pasarme con tu padre, Mick. Gracias.
Yo estaba aterrada, totalmente. No quería que lastimara a mi hermano, nunca iba a dejar que eso pase ni siquiera en mis peores pesadillas, nunca.
-Hola querido Louis... ¿que con quien tienes el placer de hablar?... bueno veras, soy Tony... si, Tony Bell, el mismísimo... ¿que quiero de ti? yo no quiero nada, tu tendrías que querer algo que tengo justo al lado mio... ¿así que yo no tengo nada que tu puedas querer? bueno respuesta equivocada, escucha.
Puso el auricular en mi oreja y apenas pude murmurar un ronco.
-Papá.
-Lo siento.
Yo me quede muda ¿por que me pedía perdón? volví a hablar.
-Papá por favor...
-No haré esto ni por ti, ni por tu madre. Perdón Megara.
Luego corto.
No podía creerlo, Tony me miro sorprendido y luego miro a sus muchachos.
-Vayámonos.
Fue lo único que dijo, luego se volvieron a escuchar los gritos de mi madre. Pero esta vez ella gritaba mi nombre, nadie la estaba golpeando ni torturando. Yo en cambio, seguía tirada en el piso de la habitación de paredes negras sangrando y esa vez llorando."

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